Decir Padre Jesús y Virgen de los Dolores, es decir devoción y fe en Ronda. Un año más, la imagen del Nazareno volvió a emocionar a los miles de fieles que quisieron ver su impresionante salida por las calles del barrio que lleva su nombre, para luego acompañarlo a lo largo de toda su Estación de Penitencia y presenciar ese momento mágico de su regreso al templo, donde se viven momentos de una intensidad cofrade realmente enormes. El Señor de Ronda y la Virgen de los Dolores, ofrecieron una imagen exacta de lo que para Ronda significa la Semana Santa. Un pueblo respetuoso, entregado entre el dolor de los momentos que se escenifican el padecimiento al que fue sometido Nuestro Señor Jesucristo, a la vez que ilusionado en su futuro. Ilusión que se vive como un milagro y que tiene su reflejo en los miles de penitentes que caminan detrás de los titulares de una Hermandad que une el sentimiento de todo su barrio, el que lleva el nombre del Nazareno, con el de toda Ronda que como una sola persona acude a presenciar esa recogida donde el encuentro entre las imágenes de sus Titulares y la espectacular entrada, mirando ambos al pueblo de Ronda, hacen de ese momento, que tuvo lugar ya cerca de las cinco de la madrugada, una estampa única de la devoción que suscita la presencia del Señor de Ronda.