El Señor de Ronda regresó antes por la lluvia

Publicado en Ronda Semanal 23 de marzo 2008

La lluvia truncó las ilusiones de los hermanos e Padre Jesús, que vieron como sus titulares tenían que regresar cerca de la una de la mañana a su templo. A pesar de ello, durante la salida se vivieron momentos cargados de sentimiento y oración.

Faltaban pocos minutos para las once de la noche y el gentío se apresuraba a bajar hacia los Ocho Caños, donde ya prácticamente no cabía ni un alma. Rondeños, vecinos de la comarca, andaluces y españoles se agolpaban en la calle Real.

Y es que en ese instante se vivía uno de los momentos más mágicos de la Semana Santa de la ciudad del Tajo, con la salida a la calle Real del Señor de Ronda.

                Una interminable fila de nazarenos morados anunciaba que el paso de costaleros de Nuestro Padre Jesús Nazareno estaba a punto de bajar la rampa. Sonaron los compases del himno de España y la pasión se desbordó, con unos fieles que no paraban de vitorear y aplaudir.

                Se lució, los costaleros se entregaron como nunca y Padre Jesús se encaminó hacia la calle Santa Cecilia, seguido por cientos de devotos con velas en la mano y con la mirada y la oración puesta en el cielo.

No fue para menos lo vivido con la salida de Nuestra Señora de los Dolores, en cuyo paso brillaban las velas con una intensidad que llegaban a deslumbrar. Piropos, lágrimas y sentimiento cofrade. Era el Jueves Santo; el Jueves Santo rondeño.

Pero las ilusiones se truncaron cerca de la una de la madrugada; la lluvia obligó a dar la vuelta. El paso de la Virgen dio marcha atrás. El Señor, tras refugiarse en una de las carpas del centro, tuvo también que volver. Otro año será.