El Señor de Ronda llenó las calles de fervor y elegancia...
Ronda Semanal 16 abril 2006
Uno de los momentos cofrades más esperados de la Semana Santa rondeña, sin lugar a dudas, fue la salida de Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores desde la barriada que lleva su nombre. No cabía ni un alma en la Fuente de los Ocho Caños.
La calle Real está de gala. No cabe ni un alma en los Ocho Caños. Toda la ciudad y parte de la Serranía está esperando la salida del Señor de Ronda.
Se abren las puertas laterales del templo y asoman los primeros nazarenos que conformarán la interminable comitiva de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores. Más tarde, con la elegancia que les caracteriza, los costaleros del Señor van meciendo el paso que desciende poco a poco por la rampa. Los corazones se estremecen y como un sentir único se arrancan las primeras saetas de la noche. Es Jueves Santo y toda la Ciudad del Tajo espera con anhelo que Jesús Nazareno pase por su puerta, por su balcón o por el trocito de acera que ocupa. Es el momento de la oración y del agradecimiento.
Una multitud de fieles, con pequeñas velas en las manos siguen la estela que va dejando Padre Jesús durante su subida por la calle Santa Cecilia camino de los Descalzos.
Las marchas cofrades siguen sonando en los Ocho Caños. Sale el paso de palio de la Virgen de los Dolores. Con poderío y arte los costaleros mecen a la titular, cuyos gladiolos blancos parece que recobren la vida.
El Señor de Ronda ya está en las calles y el pueblo se prepara para vivir uno de los momentos más grandes del año, ver, como así ha sido, a Padre Jesús llenando todos los rincones de la ciudad.